Carezco de los suficientes
conocimientos sobre los “¿juicios?” de Nüremberg, de hecho, el
Sistema procura que los verdaderos acontecimientos sobre dicho juicio
sean denostados por la opinión pública, algo que me preocupa y a la
vez me es indiferente, curioso ¿no?
Todos sabemos quiénes juzgaban y
quiénes eran juzgados. Los jueces eran los “vencedores”,
mientras los juzgados eran los altos cargos alemanes, los “vencidos”.
Lo más noble y normal es que los que juzguen sean neutrales y
procuren una defensa a los juzgados, pero todos sabemos que lo de
Nüremberg no fue nada más que un numerito para castigar vilmente a
aquellos que consideraban enemigos políticos e ideológicos.
Ya ni hablar de la asombrosa
cantidad de judíos que se sentaban a juzgar a los alemanes, como el
motor del proceso, Samuel L. Rosenman, ex-consejero de los
presidentes americanos Roosevelt y Truman.
Banquillo de los acusados.
Los “juicios” de Nüremberg se
llevan a cabo de 1946 a 1948 y van unidos a otros tribunales por toda
Europa llamados de “desnazificación”, osea de propaganda, de
lavado de cerebro.
Los vencedores, entre ellos la
URSS, juzgan a los alemanes, entre los cuales hay personajes tan poco
culpables de nada como Alfred Rosenberg (Escritor, redactor y
político), Julius Streicher (Editor del periódico Der Stürmer)
o Robert Ley (Dirigente sindical del Frente del Trabajo Alemán).
El mismísimo Winston Churchill
exigiría “muerte sin juicio” para Julius Streicher, y los
soviéticos no se quedarían atrás pidiendo que no se necesitasen
pruebas para condenar, las simples declaraciones juradas, o ya ni
eso, las sencillas declaraciones de cualquiera deberían sumar para
condenar.
Y no solo se “impartía justicia”
en Nüremberg, en las calles de Francia eran linchadas personas por
sus simples inclinaciones político-ideológicas, muchas sin
necesidad de juicio. Fueron 100.000 los franceses asesinados, incluso
más que durante la invasión alemana.
Teóricamente los procesos de Nüremberg
eran de carácter militar, cuando tan solo los rusos se presentaban
como militares, de hecho, los procesos fueron dirigidos por el Tribunal Militar Internacional (TMI), pero repito, militares solo eran los soviéticos. Se condenaba
hipócritamente a los alemanes por crímenes de lesa humanidad,
cuando los aliados estuvieron detrás de las mayores matanzas y
atrocidades, como Hiroshima, Nagasaki, Dresde, Katyn,etc.
Ante tal desfachatez no fueron
pocos los jueces norteamericanos e incluso ingleses que rehusaron de
su labor y volvieron a sus países, pues no querían participar en
semejante inmoralidad.
Göring y Heß asombrados de lo que se les acusa.
En Nüremberg serían “ajusticiadas”
22 personas por crímenes contra la humanidad, sin pruebas, con
falsificaciones, sin defensa, por judíos y enemigos ideológicos,
torturados para declarar falsedades. Los mismos que bombardearon
Dresde acusaban a los alemanes de bombardeos, los mismos que
perpetraron la masacre de Katyn culparían a los alemanes de llevarla
a cabo.
Me quedo con unas palabras del señor
Göring que resumen todo este esperpento,
“No era menester tanta comedia para
matarnos”